Antonio, eres una gran
persona. Ha pasado el tiempo de tu jubilación y te recuerdo con
frecuencia.
No
tuviste mucha suerte cuando cerraron los pisos para jóvenes, que
tu coordinabas, y te destinaron al Área de Políticas Sociales
sin un trabajo concreto. Bueno, la suerte fue mía por conocerte y poder
compartir contigo horas y horas, recorriendo la provincia de
cabo a rabo, durante año y medio. Hablamos de lo divino y humano. Tuvimos
tiempo para ello y nunca nos aburrimos.
Me
asombraba el conocimiento que tenías de alguna gente. A la
chita callando sabías de aquí y allá. Me hacían reir tus comentarios sobre
determinados hechos, situaciones y personas; por lo que decías y las palabras
que utilizabas, que a veces no entendía. No se me olvida cuando le dijiste
a un compañero, con toda naturalidad, como el que comenta "te
sienta bien la cazadora"... bueno, tu le dijiste en medio de la
conversación: "claro, con los enchufes que tienes pues has podido llegar
donde has llegado...porque tu entraste por enchufe". Y el otro cogido in
fraganti: "Ah, si, sí". Más tarde te comenté "Antonio
¿como le dijiste eso?, Y tú: "Lo sabe él y lo sabe todo el
mundo".
Lo
mejor de tí es que eres una buena persona, como decía Antonio Machado "en el buen sentido de la
palabra, bueno". Hubo
gente incapaz de reconocer esta cualidad, están muy empacados de sí
mismos, intelectuales de pacotilla, claro. Mira, tuviste suerte, así te
libraste de su arrogancia y estupidez.
No
competiste con nadie, ni te confabulaste contra nadie, a nadie
tuviste por adversario y siempre fuiste agradecido, aunque hubo que gente
se le olvidó darte las gracias. Nunca usaste el trabajo en beneficio propio, ni
moviste ficha para beneficiarte, ni siquiera cuando eras delegado sindical.
Recuerdo cuando
un apagón fortuito fundió el disco duro de mi ordenador y con el se fué al
garete el trabajo de un año. A nadie pareció importarle "Bueno, ¿Qué más
da?", decían. ¡Increible!. Yo estaba rebotadísimo y con un desánimo
total. Todas las mañanas, cuando me veías el careto, me decías: "No
te desanimes, esto lo hacemos de nuevo, lo sacamos para
diciembre". Fue tu saludo durante un tiempo. A pesar de que era yo el
debía animarte pues estabas pasando un mal momento de salud. ¡Y lo hicimos!.
Recuerdo
el día de la cena de tu jubilación en El Faro. Pocos y bien avenidos. Allí
no se fue por compromiso. Lo sabes. Salvador con su voz y su guitarra puso el
toqué final a una cena preciosa. Me encantó.
Antonio,
te recuerdo con cariño. Te deseo todo lo mejor para ti y tu familia.
Nos
vemos.
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Antonio, un saludo, efectivamente eres una buena persona. Un compañero tuyo.
ResponderEliminarTodo cierto, lamenté mucho no haber ido a esa comida, pero nadie me avisó. Poco despues me encontré a Antonio en la Calle Compañía y me preguntó por mi ausencia, le explique lo ocurrido y en seguida dijo: "no pasa nada". Gran persona.
ResponderEliminarAntonio: buena persona y mejor compañero. Mi recuerdo.
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