Si escribiera que
Adelardo es un gran compañero, para mucha gente, significaría muy poco
por ser una frase muy manida. Por eso la voy a escribir ¡con mayúsculas y en
negrilla! para dejar clara la rotundidad de tal afirmación: "ADELARDO
ES UN GRAN COMPAÑERO".
He tenido la suerte de poder comprobarlo
en el día a día y en las distancias cortas, así que no hablo de pareceres,
suposiciones y oídas. Durante varios años fuimos compañeros-tandem en la
organización de cursos y jornadas por toda la provincia de Cádiz, a veces de
varios días de duración que nos exigía dormir fuera de casa. Éramos chicos para
todo: transportábamos el material, barríamos el local, limpiábamos y
colocábamos las mesas, descargábamos un camión de tablones, recogíamos a
los/las ponentes, contratábamos restaurantes y hoteles, supervisábamos el desarrollo del curso...
¡¡ufff!!. Nunca se nos presentó un problema al que no le encontráramos
solución, y en esto tuvo mucho que ver la tranquilidad con que Adelardo
enfrentaba los contratiempos y su manera de saber estar.
En todos esos años no hubo ni el más mínimo roce entre nosotros. Fue muy interesante e instructivo trabajar con él.
En todos esos años no hubo ni el más mínimo roce entre nosotros. Fue muy interesante e instructivo trabajar con él.
Adelardo es grande como persona y
profesional: trabajador, noble, siempre dispuesto a ayudar, sensato, con
un buen hacer encomiable, responsable, minucioso en su tarea, justo y dedicado
a su trabajo.
Diré en su favor que nunca hizo pasillo,
ni visitó despachos, ni aduló a las autoridades, ni se promocionó utilizando
otras influencias tan útiles en esta Diputación.
El día que me dijeron que ya no íbamos a
seguir juntos recorriendo la provincia como titiriteros de cursos y jornadas,
me lleve un gran disgusto, lo debo confesar, pues me había acostumbrado a la tranquilidad
que da la compañía de alguien en que se puede confiar ciegamente,
sabiendo -de antemano- que todo va a salir bien porque con Adelardo nada en la
organización iba a quedar al azar.
Hoy recuerdo con
cariño, y no sin cierta añoranza, aquellos magníficos años y agradezco
haber trabajado y aprendido de un compañero de su categoría.
Por eso tengo el gusto
y el placer de brindar por Adelardo.
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Un gran trabajador, una persona muy inteligente y un excelente compañero, cualidades que no siempre se aprecian en esta casa. Suscribo todo lo que dices dices él.
ResponderEliminarPues si, alto y claro, corroboro que es un magnífico compañero
ResponderEliminarSuscribo todo lo bueno que decíis de él y resalto un calificativo : honesto y coherente
ResponderEliminarCon muchos Adelardos en la Diputación, otro gallo cantaría
ResponderEliminarNo lo conozco, pero por lo que contais de él pocas personas hay en Diputación así, seguro que los cuento con los dedos de una mano y me sobran algunos...lástima que lo bueno no abunde es esa casa rosa.
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