¡Qué
visita tan agradable! Fueron unos días estupendos. Paseamos por la
ciudad, charlamos hasta hartarnos, nos bañamos en varias playas, comimos ricos
alimentos que preparamos entre todos con dedicación y mimo, dormimos unas
buenas siestas, nos reímos a gusto, nos deleitamos con las puestas de sol...
Ayer, encontré
fotos de esos días de verano y me llamó la atención unade ellas, está hecha en el momento
del ocaso, en alguna playa que ahora no recuerdo.
La foto es muy
curiosa por los colores tan extraños y bonitos que tiene, lo que me lleva a
pensar que, fue la energía que emitía está pareja la que trastocó y embelleció
los colores del atardecer.
¡Que se repita!
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