Inma "La Fuerte"

Hay quien decide rendirse para conseguir la tranquilidad (del vencido, por supuesto) y se conforma con la decisión que otros tomaron por/sobre él o ella. Y hay quien decide sujetar con fuerza y brío las riendas de su vida, mirar de frente, argumentar, defenderse y luchar para conseguir la tranquilidad de los valientes, consiga o no su objetivo.

Inma es de las segundas. 
Conocí a esta mujer hace ya algún tiempo. Cuando me explicaba su
querella contra las decisiones de la Diputación, que le han afectado muy negativamente  en el plano laboral y económico, supe por su actitud, su forma de hablar y la energía de sus palabras que respaldaba con
movimientos firmes de su cuerpo… supe que estaba ante una mujer luchadora, con suficientes agallas y ánimos para denunciar los que considera tejemanejes de la Diputación; una mujer valiente, capaz de enfrentarse a un gigante que dispone de mucho tiempo y mucho dinero -que es de todos- para romper la resistencia del mal osado.

Esta mujer no se va a rendir a las presiones, los cantos de sirena, los miedos naturales, la ansiedad, el cansancio, los costes de todo tipo y los posibles abandonos de quienes le acompañan en su denuncia contra la Diputación.

Inma no es una inconsciente en busca de la nada. No tiene el tiempo, ni el dinero, ni la familia que le permita tal inconsciencia. Ha estudiado cada uno de los papeles y ha repasado mil veces cada firma y cada declaración del "adversario".
Inma sabe por qué lucha, sabe para qué lucha. Sabe qué quiere. Se sabe con la razón, que hasta ahora ningún tribunal le ha dado.

La palabra rendirse no tiene cabida en su vocabulario, ni en su pensamiento, ni en su comportamiento, a pesar del hartazgo, el cansancio y las desilusiones; a pesar de la falta de apoyo de los grandes sindicatos –cuyo principal preocupación es la defensa de sus muchos privilegios- y el mirar para otro lado de quienes tienen el bastón del mando y ordeno.

Inma decidió no claudicar ante las migajas del pan para hoy y hambre para mañana, aunque ello le cueste el tener que soportar las miradas nada amigables de algunas personas, las críticas aceradas de otras y el ninguneo de quienes debieran estar a su lado en estos momentos. 
Pero la piña conseguida con sus “compañeras” de fatigas y el apoyo incondicional de un sindicalista del CSIF, en este enfrentamiento con la Diputación le proporciona los ánimos y la fuerza que necesita para no decaer.

Para mi, ha sido un gusto el conocer a esta mujer. 
Hoy brindo por ella. Por Inma, “La Fuerte”, y por sus compañeras, deseándoles suerte y justicia en este desigual contencioso que mantienen con la Diputación.
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